viernes, 15 de junio de 2012

Idees  extretes de la Conferencia Inaugural de la Universitat de la Pau, a Sant Cugat, ahir 14 de juny.

Diu Salvador Marti : no hi ha grans revolucions a America llatina, com en d'altres temps. Pero si, micro-revolucions, que van fent el seu cami- ( com per aquí? ) I penso jo: s'han n acabat les grans majuscules que han canviant el mon al preu d'enormes sofriments,  a base de tanta sang.  Les Majuscules que tant critica Simone Weil? Haurem d'aprendre a usar minuscules, llargues en el temps, persistents en els espais, des de baix a dalt? ...Interessant pensar en aquests termes, menys enlluernadors,  pero mes reals.....
Segona idea: potser en comptes de pensar en " desenvolupament" en els termes en que solem pensar-ho, o en "creixament" ( a quin preu?) estaria be pensar en termes de " bona vida" i que entenem per això. Segur que aqui hi entren les relacions humanes, la necessitat els uns dels altres, aprofitar millor la vida i la natura...cooperar i no competir i tants aspectes que han estat oblidats per la vida publica i el discurs dominant...Potser s'obren noves formes de contemplar les necessitats humanes... A veure si en sabem...

.

domingo, 10 de junio de 2012


Este artículo sera publicado en la Revista de Educación Sin fronteras.


Que progreso? ,  ¿ Qué desarrollo?


 Son momentos de oscuridad,  para utilizar palabras de H. Arendt.   Tal vez  sean momentos de tránsito  hacia otro tipo de sociedad,  otra forma de producir, vivir y relacionarnos. Porque nada está escrito. Nada, a pesar de que los poderes varios que usan nuevas formas de dominio,  pretendan  convencernos de que existe una única vía para salir del atolladero que se acompaña de  un único pensamiento válido. Lo que vamos sabiendo es que paradójicamente la solidaridad entre los humanos que no logra implantarse por las buenas, se  esta imponiendo, por las malas.
Bajo el nombre de “globalización”, gracias a los  extraordinarios avances tecnológicos, no sólo fluyen de una punta a otra del mundo los capitales, las más sofisticadas formas de especulación económica, sino también sus consecuencias sobre la vida de los humanos, de tal manera que lo que ocurre en Londres o Singapur condiciona la cotidianidad de guatemaltecos, andaluces   y haitianos. Esta realidad está resquebrajando  la confianza en algunos “supuestos” casi “creencias”  del  discurso público  compartido; tanto al   axioma del “crecimento continuo” como al que suele acompañarle: el de “desarrollo”.  El “ crecimiento continuo”, motor ideológico de nuestro sistema económico esta mostrando no solo su imposibilidad existencial sino exhibiendo su capacidad destructiva:  no solo el “ consumo” como estimulo de la economía ha devorado la producción de bienes, sino que esta resultando “depredador” de la naturaleza mientras pervierte formas de relación y solidaridad social  fundamentales para la supervivencia y la “ buena  vida” ,  Por otra parte, el desarrollo humano , tal como esta siendo estudiado anualmente por el  PNUD ( Agencia para la Población de Naciones Unidas)  puede ir perdiendo los avances que tanto conceptual, como prácticamente  se estaban produciendo.   Porque si bien,  al principio,   se  medía el Índice de Desarrollo Humano  estrictamente en términos de  Producto Interior Bruto , otros factores han sido incorporados en su valoración,   tales como  tasas  de escolarización,  de empleo,  de igualdad hombre- mujer, de tal manera que el Informe Anual que abarca todos los países del globo, ha ido aproximándose a lo debe ser el “desarrollo Humano”, según los  principios inspiradores de las declaraciones sobre Derechos Humanos Fundamentales y universales. Los estudios han pasado de valoraciones  estrictamente cuantitativas, a otras cualitativas, mas acordes con los niveles de redistribución de bienes económicos y sociales..  Bienes que impulsan al reconocimiento de la dignidad de todo ser humano, más allá de su raza, sexo, condición o lugar de nacimiento. Principios que otorgan  el derecho a la igualdad de oportunidades,  a la libertad  y  facilitan el ejercicio de la ciudadanía. Es esta misma ciudadanía la que esta empezando a ser consciente de las nuevas formas de dominio, de la fragilidad de la política institucional, ante  nuevas forma de explotación.  Una ciudadanía que debe ser apoyada en el análisis de la realidad y en la confianza en su propio poder.  Hay que desoír las voces  que proclaman volver a “crecer” sin cambiar los parámetros anteriores.  No se trata de volver a los modelos destructivos que nos han conducido hasta aquí. Se trata  de desterrar el miedo al cambio  y empezar a repensar el progreso. Se trata de situar al ser humano en el centro de las actividades sociales y políticas para que  podamos desarrollarnos en libertad, en igualdad,  a fin de utilizar nuestros poderes y saberes para construir un mundo  que se enriquezca con las diferencias sin que estas sean motivo de inferioridad ni explotación, un mundo que aprenda a resolver los conflictos sin usar la violencia, que es la manifestación del dominio del más fuerte…
 ¿ Es este escrito una carta a los Reyes Magos?  Tal vez. Pero a estas alturas de nuestras historias sabemos  que no hay como una buena Utopía para pone en marcha procesos reales. Hacer de los seres humanos el objetivo de  cualquier empresa personal y colectiva, por modesta que sea, es empezar a transformar una realidad, la actual, que necesita de forma urgente ya experimentados nuevos comienzos.

Mº Dolors Renau i Manen